Entrevista a Jorge Simal
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Jorge Simal es graduado en Ingeniería en Tecnologías Industriales y Máster en Ingeniería Industrial por la UC3M. Fue uno de los becados de la primera convocatoria de Becas Alumni en el año 2012 y actualmente colabora con el programa. Ahora, 8 años después, nos cuenta qué supuso esta beca para él.
“Creativo, espontáneo, responsable y apasionado por los nuevos retos y las ideas innovadoras. También soy nativo digital, aprendo rápido y me adapto fácilmente a los cambios”, así se describe este Alumni.
Actualmente trabaja como Deputy Maintenance Manager en ATEXIS Spain, empresa que innova soluciones para la creación de tecnologías y sistemas más seguros y sostenibles para el futuro.
¿Cómo te cambió la vida esta beca?
Esta beca lo supuso todo para mí. Por aquel entonces mi familia pasaba por un momento económico muy malo, si no hubiera sido por esta beca y por la ayuda de algunos familiares, dudo que pudiera haber estudiado en la universidad, al menos con tanta dedicación y motivación en el tiempo que lo hice.
¿Qué recuerdas de tu paso por la universidad?
Recuerdo la fascinación que sentía por muchas de las explicaciones, y es que eran tan aplicables a la vida real… De hecho, hubo un momento en mi vida en el que cambié la forma en la que miraba los paisajes durante los viajes en carretera, pasé de ver postes, cables, paneles solares, molinos eólicos… a ver un sistema interconectado donde mi cabeza repasaba cada una de sus partes y la función que esta tenía.
También recuerdo las tardes en la biblioteca o en casa, desesperado por entender y saber hacer al menos alguno de los problemas. Cuando estudiaba con compañeros se llevaba mejor, al menos siempre caía una deliciosa palmera de la cafetería, ya sabéis, por lo de que las penas con pan son menos.
O esos nervios de pasillo antes del examen final, la adrenalina de entregar una práctica minutos antes de que se cerrara la tarea, el tráfico de apuntes, el networking de las prácticas de electrónica para conseguir entender entre todos qué había que hacer…
Tuviste la oportunidad de realizar un Erasmus en la Technische Universität Wien, ¿cómo fue dicha experiencia?
Fue una experiencia de esas que cambian tu forma de ver la vida. Mucha gente me decía eso mismo antes de que me decidiera a vivirla (exagerados los llamaba yo) pero hasta que no lo vives no sabes lo que es, y entonces te das cuenta de que es LA EXPERIENCIA (llamadme exagerado, pero realmente lo es).
Durante mi estancia en el extranjero, abrí la mente, conseguí entender el inglés de los franceses, conocí a mucha gente de muchas culturas y con muchas formas de pensar, conseguí hacerme entender con hasta entonces oxidado inglés, logré entender a la cajera del supermercado que me hablaba en alemán, y sobre todo, forjé amistades internacionales que todavía conservo, que recuerdo con mucha nostalgia y que cuando hemos podido juntarnos siempre ha sido como si el tiempo se hubiera parado.
¿Cómo enfrentaste tu entrada al mundo laboral?
Con ganas, pero también con desconcierto y miedo. El mundo laboral es cada día más complejo, ya no vale con tener estudios, también hay que tener habilidades informáticas, sociales, idiomas… y sobre todo, capacidad de aprendizaje continuo, todo está cambiando a velocidad de vértigo.
En este mundo complejo, acabar la carrera y saber a lo que te quieres dedicar y por dónde vas a empezar, te parece más difícil de averiguar que la solución de aquellos problemas de Cálculo. Yo, por suerte, tuve la posibilidad de realizar mis prácticas en Airbus y pude descubrir desde dentro lo que era una empresa, cómo se organizaba, cómo trabajaba la gente, qué departamentos y sectores había, etc.
Pero sin duda, para mí, la clave es empezar, da igual por dónde, porque es tu momento. Prueba, haz entrevistas, conoce empresas, habla con gente, equivócate, levántate, hártate, disfrútalo, en definitiva, cómete el mundo.
¿Qué personas te han marcado más a lo largo de tu carrera? ¿Y algún momento especial?
Recuerdo especialmente a una profesora de transferencia de calor que cada día con su dedicación conseguía fascinarme, la forma en que lo organizaba todo, en la que intentaba hacernos partícipes, y sin duda su eterna paciencia. Sin duda ejemplos así te inspiran.
El momento en el que los profesores se hacen humanos e intentan ayudarte, aunque manteniendo la exigencia, ese momento es siempre especial.
¿Cómo te sientes siendo ahora una de las personas que colabora con esta beca para que otros estudiantes puedan disfrutarla?
Me siento emocionado, pienso en que estos estudiantes pueden estar pasando por una situación parecida a la que yo tenía en su momento y sé que esto va a ser un balón de oxígeno para ellos, porque no es fácil. Por eso, sé que van a saber aprovechar esta gran oportunidad, son talento.
Si tuvieras delante a los becados Alumni de este año, ¿qué consejo les darías?
Que no se agobien demasiado con nada, sobre todo con el fracaso. El fracaso y el miedo a equivocarme era algo que me agobiaba mucho cuando empecé a estudiar. Fue durante la universidad cuando aprendí a aceptar el fracaso, el error y la ausencia de perfección.
Nos han repetido desde pequeños que si nos equivocamos seremos unos fracasados, que todos tenemos que ser perfectos, pero no es así. Los buenos resultados se logran con grandes dosis de esfuerzo, de revisar lo ejecutado, pero sobre todo de intentarlo, una y otra vez. Si investigáis un poco, os daréis cuenta de que detrás de los mayores éxitos se esconden numerosas horas invertidas en ideas que no funcionaron, hasta que una funcionó. Así que atrévete a equivocarte, porque cuanto más lo hagas más aprenderás y más increíble serás.