Mozart vs. Beethoven

Aunque Mozart y Beethoven nunca se conocieron en vida, sí es cierto que la sombra de Mozart cobijó a Beethoven -escuchen y comparen los dosQuintetos con piano KV452 y el Op.15-, y no solo musicalmente, sino también en la actitud y el significado de ser compositor. Cuando Mozart por fin pudo romper ataduras en 1781 con Salzburgo -tanto con su padre Leopold como con su patrón el Arzobispo Heronymus Colloredo -, se estableció en Viena como compositor que pretendía vivir de su trabajo, y aunque la fortuna le sonrió al principio con Die Entführung aus dem Serail Kv384, lo cierto es que el mercado de consumo musical aún no estaba maduro para vivir con dignidad. Este fue el camino que unos 15 años más tarde emprendería Beethoven con mayor éxito: el mismo Beethoven fomentó su imagen de titán y artista con mayúsculas en lucha contra el destino, y con el patrocinio y mecenazgo de grandes nobles y fortunas consiguió una estabilidad económica encomiable.

Las dos sinfonías que contraponemos en el concierto de hoy se distancian por solamente treinta años – la Sinfonía núm. 35 en ReM de Mozart data de 1782 y la Sinfonía núm 8 en FaM de Beethoven de 1812 aunque se estrenó en 1814- y comparten varios elementos: misma plantilla con vientos dobles, sin trombones pero con los clarinetes, recientemente incorporados por Mozart a la orquesta; misma estructura en cuatro movimientos, aunque en la Sinfonía de Beethoven no cuenta propiamente con un adagio o andante como segundo movimiento; y la misma alegría y jovialidad en su modo emocional, con una despreocupación y totalmente ajenas al lado sombrío de la vida. La Sinfonía núm. 35 de Mozart, en realidad reescritura en cuatro movimientos con el añadido de los clarinetes de una Serenata anterior escrita para la familia Haffner, de ahí su sobrenombre, fue concebida con esa exultante facilidad de invención melódica de su autor. Mientras tanto, la penúltima sinfonía de Beethoven está permeada de humor con sus gestos súbitos inesperados o su guiño al metrónomo recién inventado por Mälzel en su segundo movimiento.