Guía para sacarle partido a un largo período en casa

Vivimos una situación nueva que nos obliga a cambiar nuestras rutinas, hábitos y forma de relacionarnos. En pocos días hemos tenido que afrontar importantes cambios, dejando de asistir a clase, confinándonos en nuestras casas y recibiendo noticias alarmantes sobre un virus que hace dos meses no conocía nadie. Nos quedamos en casa, algunos con sus familias, otros solos, conectados a través de numerosas pantallas, redes y tecnologías, pero privados de poder pasear por un parque, quedar con los amigos y compartir actividades deportivas, culturales… El tocarnos queda relegado, el abrazo físico es sustituido por la videoconferencia, el sonido del campus lleno de estudiantes se materializa en el sonido de nuestros teclados.

La contínua  exposición a datos, valoraciones, realidades que no podemos controlar pero se nos filtran a través de las pantallas de móviles, tabletas, ordenadores, medios de comunicación, redes sociales… nos genera ansiedad. Estar informado es necesario, pero estar horas y horas genera malestar, preocupación e impotencia. Podemos establecer un tiempo para la información que no invada el tiempo dedicado a otras actividades. Si estamos estudiando, centrarnos en el estudio, si estamos hablando con los amigos, intentar enfocar las conversaciones a temas que no sean el corona, intentar compartir aficiones, inquietudes, retos, creaciones…Podemos intercambiar lecturas, compartir música, películas, series, entrenamientos físicos…

Hay dos opciones para afrontar esta situación: ver este período como un encierro y un cerrojazo a nuestra vida social, o ver este “quedarse en casa” como un bien colectivo para salvar vidas y para aprovechar el presente. Ahora más que nunca el presente es un regalo, una oportunidad para vivirlo y disfrutar de lo cotidiano. Abandonar la costumbre de basar la felicidad en recordar el pasado o en planificar el futuro. Vivir la realidad del momento presente brinda tranquilidad y equilibrio Una propuesta para estos días es prestar atención plena a lo que hacemos en cada momento. Ahora tenemos tiempo para estar presentes en el aquí en el ahora.

Quedarse en casa es una oportunidad para desarrollar la creatividad. Cuántas veces nos decimos a nosotros mismos: “si tuviera tiempo para dibujar, si tuviera tiempo de apuntarme a francés, si pudiera participar en un club de lectura, si pudiera retomar la costura, las manualidades, la escritura, si pudiera ordenar las fotografías de los viajes, hacer un curso de repostería, un blog de manga…” Es el momento de potenciar la creatividad, ese instinto que nos llama y dejamos aparcado por otras obligaciones. Es el momento de seguir ese impulso. Crear nos hace libres.

No tenemos que madrugar para coger el coche o el transporte público y desplazarnos a la universidad, pero nos interesa levantarnos a la misma hora, asearnos, y comenzar a estudiar o trabajar estableciendo horarios. La rutina nos hace sentir que cada día se puede aprovechar para realizar diferentes tareas. Si descuidamos los hábitos de sueño, alimentación e higiene, el cuerpo se acomoda a la inactividad y a la dejadez. Mantener ordenado el escritorio, el dormitorio y la vivienda nos ofrece equilibrio, y ahora más que nunca lo necesitamos. Diseñar planes de estudios, calendarios con retos diarios y semanales es importante, y ¿por qué no? ofrecernos premios y gratificaciones por cumplirlos, regalarnos pequeños homenajes….

Si sólo nos preocupamos de “nuestro encierro”, dejamos de observar cómo afecta este “quedarse en casa” en los más vulnerables: ancianos, enfermos crónicos, personas que viven solas y permanecen ahora más aisladas que nunca, personal asistencial que está trabajando al límite de sus fuerzas, personas sin recursos y sin comodidades en sus viviendas, compañeros con problemas emocionales y psicológicos. Pensar en ellos y ponernos en su lugar nos da una visión menos egoísta. Nos permite trascender nuestra realidad Llamar a los que están sólos y establecer redes para ayudarlos mejora la convivencia y nos hace útiles.

El sedentarismo y las muchas horas frente a las pantallas son un peligro para la salud física y mental. Tenemos que buscar tiempo para realizar actividad física a diario, cada uno puede buscar entre la multitud de vídeos y recursos que nos ofrecen de manera virtual: desde fitness, kick boxing, pilates, aerobic, yoga…Sigue entrenando en casa

Encontrar un espacio para meditar es otro reto diario que nos ayudará a alejar la incertidumbre.