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II Jornadas sobre Televisión

De la Gratificación Televisiva al Uso Social de la Red, Prof. Lorenzo Vilches

Treinta enunciados intuitivos sobre la relación Televisión-Internet

En 50 años de existencia la televisión fue incapaz de constituirse como un medio para la educación. La televisión educativa fracasó en su intento, salvo en hacer hablar a enseñantes y estudiantes sobre la televisión. Lo cual no es poco. Pero eso no es televisión educativa. Si entendemos educación como un entorno en el cual se imparte información, se adquieren conocimientos y se desarrollan actividades pedagógicas. En cambio, la historia de la televisión educativa ha sido, la televisión por un lado, por otro la educación.

Desgraciadamente, el cartel de las tres funciones que los comunicólogos colgaron sobre el medio y que todos asumieron como constitutivas del medio: entretener, informar, educar, la única que ha fracasado como gran promesa es la de educar. Después de 30 años de televisión educativa o educación para los medios, se ha conseguido que se hable sobre la televisión en los círculos pedagógicos y que, probablemente se haya aprendido más sobre géneros y estética televisiva. Pero nada más.. Internet ha sido generado también en la Universidad y su desarrollo está vinculado a la educación efectiva. El medio de transmisión y la generación de contenidos permiten eliminar el dualismo platónico entre realidad tecnológica y las ideas vehiculadas. Televisión es un medio intrínsecamente preparado para el entretenimiento. Su relación con la sociedad se constituye través de la figura del espectador.

La actividad principal del medio televisivo consiste en la visión. Hay que distinguir entre televisión como medio de transmisión y televisión como generadora de contenidos televisivos. En Usa, Inglaterra, Francia, Suecia, los manuales de acompañamiento de los programas educativos están destinados a la comprensión de la televisión. En América Latina los enfoques más relevantes se dirigen a la recepción activa de la televisión, programar el uso de la televisión, comprender la recepción y emisión de mensajes, etc. Como afirma lúcidamente Gustavo Hernandez: "Aún cuando en América Latina y el resto del mundo existen diferentes enfoques teórico-metodológicos en torno a la EPM (educación para los medios) el común denominador que los articula es que todos apuntan a la enseñanza de los medios con la finalidad de estimular la competencia comunicativa en los receptores selectivos, críticos y creativos, "La televisión educativa esta dirigida especialmente a la interpretación de la televisión misma. Internet es un medio intrínsecamente interactivo, no tiene sentido como una maquina pasiva de visión. La unión entre televisión/internet : un nuevo medio híbrido dominado por la interactividad. Pero si la expansión de internet es y será comercial. ¿La educación será también un producto comercial? La desaparición del teclado sería una catástrofe para la función educativa de la web/tv. No es con el teléfono que se aprende a leer y analizar un texto. No es con el mando a distancia como se aprende a escribir.

Las tecnologías digitales de la imagen permitirán una percepción diferente de las relaciones con los objetos , el tiempo y el espacio. Se perderá la dependencia de la propia cultura como sistema de verificación de valores y de la verdad. La narrativa digital permitirá una mayor progresión de la actividad cognitiva durante el seguimiento de los argumentos de la ficción y de las historias. La interactividad en los formatos narrativos digitales permitirán un acrecentamiento de la creatividad en la construcción de historias y en la capacidad constructivista de los textos cerrados de las ficciones tradicionales. La indexación automática de imágenes y sonidos facilitada por los MPG7 permitirá un gran ahorro de energía y de tiempo en la búsqueda de archivos para profesionales y para estudiantes. La posibilidad de transmitir imágenes y sonidos por la red a grandes velocidades permitirá un acceso generalizado a las bases de datos culturales, históricos y científicos de todo el mundo.

La desigualdad social se acrecentará como efecto de las tecnologías super especializadas. Internet se convertirá en el gran hipermedio del mundo desarrollado. ¿La televisión quedará como el medio de los pobres? ¿habrá internet/televisión para ricos y para pobres? La velocidad de procesamiento de la información impulsada por internet y las tecnologías de la imagen permitirán un sistema de cultura del saber muy avanzado para los individuos que hayan accedido a su uso inteligente y monitorizado.

La gran cantidad de información hará más necesario que ahora la figura del mediador, del periodista especializado, del profesor orientador, del tutor personalizado. El uso de internet para la educación no la hará más barata. El pago de profesionales de la educación será revalorizado. El uso frecuente y constantemente actualizado de hardware y de software supondrá una nueva economía basada en la educación via red, de la cual quedarán excluidos los grupos y paises sin recursos. La telemática obligará a una actualización permanente de los educadores en relación a los métodos de enseñanza, pero también en relación a sus fuentes de referencia y a la consolidación de los centros de distribución del saber. La relación docente/discente será sometida a las mismas estructuras transversales de internet que destruyen el principio de jerarquía cambiándolo por el de la demanda. No serán los centros educativos los que ofrecerán temas y materias sino que los estudiantes y usuarios impondrán indirectamente planes de estudio y de capacitación.

De tal manera que la institución educativa tendrá que adaptarse a las leyes de la oferta y la demanda. Internet permite y fomenta la creación de comunidades de intereses. El profesor tendrá que competir con los foros de discusión que podrán llegar a ser más atractivos e incluso más eficaces que las lecciones. La proliferación de textos en internet terminará por modificar los formatos de libros actuales, haciéndolos más flexibles técnicamente y conceptualmente. Más breves pero más frecuentes, más especializados y sectorializados. La televisión es un tema de conversación, internet es un medio de comunicación. La televisión no asegura la influencia de alguna autoridad (política ,religiosa, ideológica), internet permite llegar individualmente a cada uno. La audiencia en televisión mide la reacción del público a la oferta. La audiencia en internet mide la demanda de los internautas frente a la oferta. La evolución de la televisión se hizo hacia la universalización del consumo colectivo de la audiencia.

La evolución de internet se dirige hacia una actividad individualizada. La actividad que genera la televisión en el contexto educativo es externo a ella, con medios no televisivos. La televisión es dependiente del entorno. En este sentido, está o puede estar más relacionada, paradójicamente, con la realidad . La actividad generada en internet está intrínsecamente unido al medio. Todo se hace dentro de internet. Esta autosuficiencia puede llevar a la endogamia y a la ilusión de una realidad únicamente tecnológica. La relación con el mundo en televisión está estrechamente vinculada a la imagen antropocéntrica. La imagen respira, tiene el ritmo cardiaco humano del portador de la telecámara frente a la realidad. La televisión tiende a encerrar al espectador en su propio mundo, a no interesarse en lo que sucede a otros. Internet no puede desarrollarse sin la participación de los usuarios.

Esto no conlleva el interés social por el otro, pero su actividad depende de la actividad de otro. La diferencia entre sector público y sector privado en la televisión ha sido definitivo para establecer una línea divisoria entre la responsabilidad de tener o no tener un servicio de televisión educativa. En internet la diferencia entre servicio público y privado no es relevante.

La convergencia de los medios

*Los soportes de la comunicación y las grandes zonas de desarrollo tecnológico.
El acercamiento entre televisión (y los medios en general) y los sectores de la informática, las telecomunicaciones se apoya en el dinamismo de los mercados de la comunicación, la información, la electrónica para todos y sus aplicaciones al ocio. Este fenómeno se circunscribe a E. Unidos, Canadá, Japón y Europa occidental fundamentalmente. Las tecnologías digitales comercializados en E. Unidos y en Europa como (Replay Tv o TiVo), suponen una gran flexibilidad de los soportes y gran capacidad de interconexión, diversidad de usos y de stocks. Los grabadores digitales que permiten guardar centenares de horas de programas ofrecen una facilidad de uso total para los futuros usuarios. Por eso, más que internet, es el desarrollo de los productos telemáticos quienes introducen una ruptura en la distinción entre medios de difusión de masa como la Televisión y los medios individualizados que facilitan a los usuarios la composición de una cesta de programas y self service. Los avances tecnológicos de los soportes de la comunicación permiten grandes capacidades de conservación de la información audiovisual y la apertura a un potencial de desarrollo multimedia que facilita una aceleración del proceso de convergencia de los medios.

*Terminales y usuarios.
Las televisiones se han enriquecido de funcionalidades interactivas gracias a los decodificadores digitales y su conexión a las redes digitales. Ellos permiten el acceso a las redes de internet y forman el interfaces de nuevos servicios de televisión digital . Pero el proyecto de un terminal único para televisión e internet que muchos esperan como la gran síntesis tecnológica del usuario de masas, depende de los resultados comerciales , y estos por ahora no son muy satisfactorios (ver estudio de Corporación Multimedia). En España los proyectos en este sentido de Via Digital y Canal Satélite Digital son por ahora experiencias recientes.

*Difícil integración de especialistas y de usuarios en relación a los nuevos medios.
La separación entre los profesionales de telecomunicaciones y los medios audiovisuales parece que tenderá a acrecentarse aún más. Y esto tiene su correspondencia en la división entre consumo de televisión y navegación interactiva en internet. Nace aquí una neta división entre usuarios colectivos e individuales para televisión e individuales para internet. Pero parece que , incluso en el caso de la integración entre ambos servicios está ocurriendo un consumo individual muy segmentado temporalmente. La rápida expansión de los terminales móviles puede, al mismo tiempo que ahondar la diversidad de usos en los procesos de convergencia de los medios, acelerar aún más la diferencia entre consumo colectivo de la televisión y consumo individual de los nuevos medios. Aquí se abren perspectivas para nuevas tipologías de usuarios que podrían dividirse en dicotomías más o menos precisas como: Usuarios profesionales-usuarios de entretenimiento (se habla de juegos y series de televisión en la pantalla del teléfono móvil). Usuarios colectivos o familiares-usuarios individuales. El proyecto de Quiero televisión contemplaba en su origen esta dicotomía para la explotación de un terminal integrado. Nos encontramos en consecuencia con una oferta de audición de música, espectáculos audiovisuales, uso de consolas de juego, usos polivalentes de acceso a internet tales como búsqueda de servicios, de información o de sexo virtual para los cuales no existe aún una experiencia suficiente como para decantar los usos sociales colectivos o individuales de estos medios. La previsión realista a corto término (mitad del 2001) de un crecimiento de terminales itinerantes tales como organizadores digitales y teléfonos móviles pasando por el WAP (Wireless Application Protocol) y la mensajería móvil al UMTS (Universal Mobile Telecommunication System) , que permitirá la transformación del teléfono en un terminal multimedia , puede acrecentar aún más la diferenciación de usos sociales.

*Educación y convergencia tecnológica.
La educación a distancia está unida al desarrollo de la convergencia y a la creación de nuevos servicios. El desarrollo de la televisión digital y la expansión de las redes de telecomunicación al servicio de internet traerán como consecuencia un aumento sin precedentes de contenidos, programas y servicios. Si la educación quiere estar presente en este nuevo escenario , si se quiere que participe plenamente en el desarrollo de la convergencia, la creación de servicios educativos deberá ser competitiva y atractiva en los mercados cada vez más globalizados . Las iniciativas tanto políticas (de los estados y de organismos supranacionales) como empresariales , tal como está ocurriendo en la alianza entre las telefónicas y los proveedores de servicios y contenidos, ya están imponiendo las reglas del juego en los programas de navegación y en la producción de programas multimedia, es decir, en el campo directamente relacionado con los servicios educativos. Este es el escenario en donde tendrá que desarrollarse el guión de las iniciativas universitarias o nacidas de entornos estrictamente educacionales y sin ánimo de lucro: la empresa y no los poderes públicos. Las iniciativas educacionales tienen por delante las posibles alianzas con las industrias de la información y al mismo tiempo , las alianzas con sus partners naturales, es decir las universidades y organismos educativos. Pero obligatoriamente expuestos a repasar las fronteras geográficas y políticas, tal como está haciendo el mercado mundial.
Sin embargo, en la industria de la información, la producción de programas mantiene aún estructuras muy rígidas , causadas en parte por las diferentes sistemas productivos y niveles económicos de inversión , y en parte por criterios más difíciles aún de superar como son los lingŸísticos. La producción de ficción serial en los principales paises europeos es la mejor muestra de estos límites (ver estudios de Eurofiction). Se trata de estructuras que se han ido consolidando durante los últimos 50 años y que pertenecen fundamentalmente a la era de la televisión. Queda por ver qué pasará con los nuevos medios que exigen nuevas estructuras y criterios de inversión, así como una mayor flexibilidad lingŸística en la creación de contenidos. Los nuevos medios exigen nuevos usos cuyos efectos producirán una diversificación radical que dependerá de la variación de las distancias frente a las pantallas, el compromiso entre el carácter portátil y funcional de los terminales telefónicos, así como de su carácter colectivo o individual. Los contenidos no podrán hacerse fuera de esta realidad tecnológica. Hasta los años '90 se ha producido para televisión. Ahora toda la producción es multimedia y multiformato. Las series de televisión y la información televisiva o periodística ya se emiten por internet y se puede ver en la pantalla del ordenador o del teléfono.

La divergencia de las teorías

Algunas teorías pertenecientes a la tradición de la investigación en comunicación se hallan implícitas en la reflexión sobre los nuevos medios. Entre estas, las más importantes son la teoría de los usos y gratificaciones y la teoría del cultivo en televisión.

*Usos y Gratificaciones.
La teoría de los usos y gratificaciones supuso una modernización de los estudios funcionalistas porque trasladaba el énfasis de la influencia de los emisores a las decisiones de los destinatarios o públicos. Su relativa marginación a partir de los años 70 se debe en gran parte a que es una hipótesis plausible, pero precisamente por eso, por su caracter hipotético y en la practica, imposible de demostrar. El argumento central de la hipótesis de usos y gratificaciones se apoya en las necesidades sociales y sicológicas de los destinatarios. Estas necesidades alientan expectativas sobre los medios que suponen variables diferenciales de exposición a los medios (Blumler y Katz, 1974). Estas necesidades pueden ser percibidas como problemas que los públicos buscan solucionar en los medios (Rosengren 1974). Pero a finales de los años 80 y ante los previsibles cambios en la función social de los nuevos medios, se apeló a la teoría de los juegos parta contextualizar las actividades lúdicas y trabajo de las teletecnologías (Rafaeli, 1986). Con ello se introduce una cierta preocupación por la actividad de lo que hasta ese momento se sigue llamando "audiencia".

Los conceptos de emisores/receptores no son adecuados frente a la red. Si bien la teoría de los usos y necesidades se ha de reformular en términos de una nueva materialidad de los medios interactivos, tampoco nos podemos servir de la tradicional taxonomía para la investigación. Se trata de definir nuevas categorías para afrontar la nueva naturaleza de los medios, de los públicos y de los contenidos. Y por ello se percibe la necesidad de una nueva teoría para afrontar la convergencia tecnológica y social de los nuevos medios. La convergencia en tecnologías de la comunicación, como las representadas por la unión de la TV y ordenador, permiten una mayor fragmentación de la audiencia. ¿Significa eso la desmasificación? No se puede hablar solo de televisión sino de convergencia de medios. Esto lleva a una serie de interrogaciones conceptuales para afrontar la reflexión teórica. Por ejemplo, la distinción entre usuarios y audiencia de masas, la distinción entre la comunicación (no requiere en términos absolutos de medios) y los medios (la interactividad es sólo un medio, no la comunicación). La diferencia entre los mensajes y la mediación que puede tener diferentes grados de dependencia o de libertad. En todo ello hay una vuelta a la discusión del poder político y social que representan los nuevos medios o la convergencia. Por eso, se trata también de una oportunidad para una nueva conceptualización y de evitar el peligro de aplicar las categorías de los mass media tradicionales a los nuevos.

Evitar que se apliquen métodos de estudios sobre los efectos de los antiguos medios a investigaciones tales como la comunicación grupal en las redes de usuarios de e-mail , los grupos de discusión o las listas de distribución(Sproull & Kiesler, 1991), la presencia social, el control social, los grupos y normas que se ven afectados por las tecnologías. Algunos cambios en las nuevas estructuras comunicativas obligarán a nuevos cambios en las categorías de análisis de ambos medios, tales como las categorías temporales en internet. Al respecto, por ejemplo , se pueden agrupar en cuatro apartados:
a) comunicación de uno a uno asíncrona (e-mail)
b) comunicación de muchos a muchos, asíncrona (listas de distribución, foros)
c) comunicación sincrónica de uno a uno; de uno a pocos, de uno a muchos (como los juegos de roles tales como MUD, los chats, los servicios interactivos comerciales)
d) la comunicación asincrónica bajo demanda (las web).

Otro de los temas de investigación es el impacto de Internet en los usuarios. En muchos casos la investigación ha repetido los modelos tradicionales de los usos y gratificaciones de la audiencia. Es decir, si internet es usado como entretenimiento y como información, se desea saber si internet es equivalente a los medios de entretenimiento y por ello si se pueden estudiar efectos negativos (la pornografía, o la violencia verbal de algunos miembros), al igual que se hizo con la televisión. Otros temas indagan en la intercambiabilidad de los emisores/receptores, o la cuestión de la masa crítica , para establecer que no hay proporcionalidad entre el receptor /emisor individual y el emisor de un grupo de comunicación.

El concepto de masa crítica , que define el tamaño de la audiencia necesaria para que una nueva tecnología se considere un éxito, no puede aplicarse en forma homogénea a los nuevos medios. Para que un nuevo medio sea considerado un medio de masas debe ser adoptado por mucha gente. Pero la segmentación tecnológica de los medios segmenta también a los usuarios que los adoptan y por ello no puede meterse en el mismo saco a los usuarios universitarios de Norteamérica o de Australia con la gente que no participa de chats ni grupos sociales ni que nunca participarán de juegos típicamente universitarios como los MUD. En el caso de los sitios o portales educativos, pueden ser comprendidos como canales locales o periódicos locales, pero sólo en la medida que los portales educativos estén integrados en la convergencia con otros medios, podrán tener la categorías de medios de masa. Finalmente la cuestión de la interactividad merece también una atención especial dentro del nuevo status del usuario de la comunicación.

Se pueden establecer diversos medios y diversos tipos de interactividad Existen medios , como la televisión que carecen de interactividad, otros que son reactivos o cuasi interactivos como el periodismo digital en internet donde el lector elige las páginas a leer y participa de algún foro, si lo desea. También encontramos los medios totalmente interactivos como la vídeo conferencia y el aula activa. Existen medios reactivos de masa, como el periódico digital, y medios interactivos personales como el correo electrónico. Por tanto, la interactividad tiene una naturaleza variable cuyo uso se incrementa o disminuye en función del servicio disponible. Pero también hay que distinguir entre interactividad técnica e interactividad comunicativa, tema sobre el cual volveremos más adelante.

De la mediación cultural a la mediación tecnológica

Todo comenzó hace unos años con la rebelión contra la cultura de masas centrados en la autoridad, certidumbre y cerrazón de los textos. Eran los tiempos de la crítica del texto de Roland Barthes ,años 60, época en que Ted Nelson acuñaba el término de hipertexto. Luego, a mitad de los 80 comienza un temblor de tierra llamado interactividad que ha terminado por ser un terremoto de grado 7 cuyos efectos desvastadores pueden poner fin a la cultura de masas. La televisión interactiva o los vídeo teléfonos de última generación se suman a este profundo movimiento sísmico en la cultura, la economía y la vida política a través de la reordenación de las infraestructuras de comunicación lejos de la arquitectura televisiva y a favor de una red de distribución generalizada basado en el sistema de telefonía universal.

Un elemento clave de este cambio es la onda expansiva originada por las posibilidades del comercio via tv+internet iniciados a comienzos de siglo. Pero una señal de lo que podía venir había sido preanunciada ya en 1993 por Sega con la creación de una infraestructura interactiva de juegos a través de la televisión por cable en Estados Unidos. Este marco de aceleración de cambios obliga a considerar cualquier reflexión entre televisión y nuevas tecnologías como una discusión de la relación entre las telecomunicaciones y los medios de masa que confluyen en nuevas formas culturales. Esta discusión no puede desarrollarse sin ponerse el problema de los nuevos contenidos y nuevos conocimientos que conllevan las nuevas formas . Y finalmente, no podríamos avanzar en lo anterior sin interrogarnos sobre la naturaleza de la acción humana que está implicada por la interactividad de los nuevos medios. McLuhan había visualizado con su enunciado "el medio es el mensaje" una cultura diversa, de los productos socio-tecnológicos de los medios.

Pero luego, el triunfo de las ciencias lingŸísticas, semiótica y del estructuralismo que propiciaba la apertura de los textos y la actividad del lector, "el mensaje es el lector", había hecho olvidar que ese producto hipermedia era fundamentalmente un instrumento, una herramienta, una tecnología. Incluso cuando se analizaba la televisión, la teoría de la enunciación aplicada por ejemplo, tropezó con la misma piedra que el análisis de contenido norteamericano. Se analizaba el mensaje, el texto, la estrategia comunicativa entre autor y lector lo mismo un cuento, una novela que un film o un programa de televisión. Todos los procesos de materia y de tecnologías presentes en los textos audiovisuales eran obviados o se convertían en meras metáforas forestales (los textos son injertados, podados) o cibernéticas (los textos son máquinas inertes, cajas negras). Tampoco había diferencia entre textos visuales, escritos o sonoros. Todo análisis semiótico se metía en una máquina de moler carne con resultados inodoros y lights. Ni olor, ni fibra, ni calorías.

Por eso , en el vocabulario corriente de la crítica y de la teoría de los textos sobre la comunicación de masas , la relación objeto/máquina o la de lector/usuario es el gran ausente. Pero tampoco en la literatura de teoría de la comunicación la cosa era más reconfortante. Hasta la mitad de los años 80 la telecomunicaciones no se analizan como tema en la investigación de los medios. Se les consideraba un asunto de los técnicos o de los economistas, o un argumento de la teoría del imperialismo norteamericano . La investigación dominante en el panorama crítico es la teoría de los efectos en los medios, especialmente en televisión. Pero también allí la tecnología pasa de puntillas, mencionada escasamente cuando se refiere a la invención del medio televisivo por un autor como R Williams que , además no pertenece a la tradición de los efectos (cfr. Vilches 1993). La tecnología tampoco aparece como algo importante en los temas de la nueva comunicación, la comunicación interpersonal. Curiosamente, tampoco hay preocupación investigadora por el teléfono que se había ido universalizando en el mundo desarrollado - la expansión de la radio y de la información se hacía cada vez más dependiente de este medio,. El tópico había relegado el teléfono al uso femenino del espacio doméstico. Así es que el desarrollo y la implementación de los servicios de telecomunicaciones queda encerrado en los círculos de los ingenieros de las telefónicas.

Todo lo anterior explica en parte que la investigación social de la televisión , que sin embargo era cualificada como una tecnología muy compleja y desarrollada, quedara enredada exclusivamente como una mediación de significados y de culturas. En América como en Europa la significación de la televisión se observa separadamente de la tecnología. Y a su vez, la tecnología y las telecomunicaciones carecen de una entidad de mediación o de significación. Así encontramos que (por ejemplo en McQuail 1983 y 1986) los servicios telemáticos son definidos como mass media que producen contenidos que son recibidos por audiencias. Así se explica que en los 90 los servicios de videoconferencia o los chats sean denominados como medios de masa, sin tener en cuenta la personalización que implica la nueva tecnología. Los nuevos problemas éticos y políticos que supone la universalización de la televigilancia o la intimidad del correo electrónico no se encuentran tratados en los foros de los teóricos de la comunicación. Finalmente, las nuevas matrices de las telecomunicaciones tales como la televisión+ordenador, o bien ordenador+teléfono+televisión, etc. , que echan por tierra las diferencias entre tiempo real y tiempo diferidos tan cómodamente adoptados en el lenguaje de la televisión , se examinan sin diferenciar entre medios colectivos y medios individuales...

Conocimiento y aprendizaje

En la literatura teórica sobre la dimensión cognitiva de la televisión se ha establecido que el medio mismo tiene la capacidad de enseñar y adiestrar al espectador sobre cómo ha de interpretar lo que ve. Y por ello, una de las tareas más extendidas en el campo de la televisión educativa internacional ha sido la educación de la televisión por la televisión. La iniciación en el medio informático fue en sus inicios más difícil de lo que hoy parece. Dado que no había conocimiento informal ni hábito cultural de los nuevos entornos tecnológicos, eran necesarios manuales para aprender a moverse en una máquina nueva y en unos programas de complejos de usar. Pero al poco tiempo, el mismo ordenador traía incorporadas las instrucciones y los programas se hicieron más fácil de instalar. Bastaba familiarizarse con el medio y ello se aprendió en la práctica cotidiana. No era necesario el conocimiento informal, más bien, lo que sabíamos resultaba marginal en el momento de aprender mirando en la pantalla del ordenador y haciendo a través del teclado y del ratón.

La introducción de la informática en nuestras vidas fue totalmente independiente de nuestra tradición cultural. Al contrario, en muchos casos resultaba un impedimento. Por ejemplo, los famosos "error tipo 4". Tratábamos de acudir a los manuales cuando aparecía ese error para entender y conocer la relación entre la palabra error y el número 4. Nuestra equivocación consistía en tratar de conocer en nuestra forma tradicional en vez de revisar qué tipo de acción habíamos podido realizar con nuestro programa informático. Algo que también sucedió con el virus informático. En muchos casos se debía a errores cometidos por nosotros mismos en el ordenador y no a extrañas fuerzas del mal que trataban de aniquilarnos (Vilches 2000). El uso de la tecnología en nuestra vida diaria nos ido acostumbrando a que la acción de nuestra actividad de usuarios es independiente del contexto y la tradición cultural. El uso de la tecnología es más visible para nosotros que la comprensión científica del objeto informático, como muchos de nosotros intentamos hacer comprándonos todos los libros que sobre programación e ingeniería de sistemas comenzaban a editarse, cuando sólo necesitábamos un tratamiento de texto.

La historia de la tecnología de la vida cotidiana es la historia de la transferencia de conocimientos de los especialistas e ingenieros a las funciones de las herramientas activadas por nosotros mismos. La tecnología incrementa la autorresponsabilidad del usuario. Pero entonces, ¿la tecnología coloniza la competencia personal basada en los hábitos y valores culturales? Si el significado de la tradición y del conocimiento previo llegan a ser subordinados a la acción tecnológica, ¿qué sucede con la subjetividad y la interacción social? Necesitamos diferenciar entre el conocimiento informal que nos dan los instrumentos y medios técnicos y el conocimiento formalizado. Si en el aprendizaje, el conocimiento se adquiere mirando y haciendo, sabemos que en el caso de la televisión estas actividades no se hallan integradas en el medio. En televisión esta diferenciación se hace por ausencia de la interacción. Y la teoría se encargó de separar la significación del uso, incluso ironizando sobre la concepción ingenua e integrada del funcionalismo para dedicarse al estudio de la mediación. Sin embargo, ambos tipos de conocimiento son mediación cultural. La primera a través de la tecnología y la segunda a través de la acción social.

No obstante, la separación de ambos tipos de mediación en la tradición de la televisión se debe no sólo a la falta de una teoría de la convergencia sino que por la misma naturaleza del estadio de la tecnología era imposible hacerla. Por ello, no hay continuidad entre la televisión e internet, como no la hay entre la máquina de escribir y el ordenador, o tampoco entre el libro impreso y el hipertexto electrónico. Se trata de una ruptura de nuestra cultura del conocimiento. Si el conocimiento se adquiere a través de la familiaridad con una cultura, el conocimiento que se adquiere a través de las tecnologías está directamente relacionado con la mediación tecnológica. La demanda del mercado cultural actual demanda tareas especializadas para las cuales no existe una cultura anterior. Este hecho crea, por primera vez en la historia , una igualdad hipotética de oportunidades entre los actores de una cultura y de una economía menos desarrollada que otra. Tal es el caso de algunos universitarios españoles que han triunfado en el desarrollo de programas para la industria de internet en Estados Unidos (Nuria Almirón, 2000). Son una excepción y por eso se habla de ellos en un libro, pero ha sido posible. Todo el actual desarrollo de la nueva sociedad hace pensar que el conocimiento implícito de una cultura se reduce a obtener un nuevo conocimiento a través de la misma tecnología por medio de una tarea de simplificación de las condiciones materiales de transmisión.

La ruptura cultural entre televisión e internet corresponde con un proceso que va de una interiorización a una progresiva exteriorización de las mediaciones. En el caso de la interiorización (los valores del cultivo de Gerbner) la mediación significante se realiza a través de la exposición de los sujetos a los medios que vehiculan hábitos y valores culturales que terminan siendo incorporados como propios. En el caso de la exteriorización, los hábitos y valores culturales son los mediadores entre las condiciones materiales y las prácticas sociales. Pero entre la formación de los hábitos se encuentra también un número de situaciones de la vida cotidiana estructurada por la tecnología. Por tanto, la estructura tecnológica de la vida social es la síntesis, la suma de fuerzas externas (materiales y tecnológicas) que se ponen en acción cuando el usuario de una situación comunicativa utiliza una herramienta. La cultura actual, en ese proceso de exteriorización de la mediación, es por eso mismo material y no inmaterial.

El libro digital en red sigue siendo tan material como el libro de papel. El mundo de los espectadores expuestos a la televisión encierra una experiencia comunicativa que, aunque no es necesariamente pasiva, no exige ninguna competencia material ni función corporal exterior. En cambio, la experiencia interactiva con las nuevas tecnologías produce una mediación externa que lleva hacia la acción. La acción de los usuarios es mediada externamente por la tecnología. La mediación cultural de la televisión es una mediación interna, abierta a los textos y contextos culturales, abierta a los procesos de interpretación mediada por los hábitos culturales. Pero sin acción de los sujetos. A su vez, el uso social en internet es una mediación material realizada a través de reglas cerradas , de gramáticas normativas de obligado cumplimiento pero que constituyen un corpus de instrumentos que permiten una amplia estructura de acciones derivadas. Mientras la televisión lleva a los sujetos a una comprensión cultural del mundo, como lo fue la música y la literatura desde siempre, internet y las teletecnologías conducen al desarrollo de una comprensión técnica del mundo.

Se trata de acciones técnicas que permiten la comprensión técnica de las relaciones sociales, comerciales y científicas. En el e-comercio, un sistema experto a través de la red permite a un cliente testar un programa o un producto, conocer las especificidades técnicas y hacer una demanda de personalización de prestaciones. La materialidad de la comunicación en internet permite que un usuario científico llegue hasta un centro de datos directamente y se comunique con un centro de investigación por medio de la misma tecnología, sin salir de la red. En los ámbitos empresariales se ha introducido la gestión del conocimiento para mejorar la eficiencia por medio de la objetivación del conocimiento a través de la acción. El conocimiento tácito que practicamos en los medios de comunicación tradicionales no lleva directamente a la experiencia material de las cosas. Pero a la inversa, la acción material puede convertirse en conocimiento cultural o tácito. Existe una mediación entre la acción material y la cultura del sujeto, pero esta mediación toma lugar a través de la tecnología. El usos de interfases y funcionalidades en la interactividad solo puede ser comprendida como una acción, la cual incluye formas de conocimiento y formas de materialidad.

Las tecnologías avanzadas no pueden ser operadas sin instrucciones y esas instrucciones vehiculan hábitos culturales implícitos. El proceso de objetivación del conocimiento que pretende la educación actual debe definirse a través de la objetivación de la cultura actual. Esto quiere decir, que el conocimiento debe ser incorporado en la cultura tecnológica como una actividad. En la televisión educativa, al estar separada la emisión de programas de las actividades pedagógicas, termina reforzándose el papel espectacular de las imágenes . Así se proyecta la imagen de la profesionalización del conocimiento mostrando a los expertos, los escenarios de la experimentación científica o los entornos para el estudio de las ciencias de la naturaleza, etc. Pero la televisión no es un medio de actividad para la acción del conocimiento. No se aprende a leer y a escribir mirando cómo otros leen y escriben, sino escribiendo y leyendo. Pero aún defendiendo el valor informativo de la televisión más allá del puro entretenimiento, como así lo creemos, no se debe confundir información con conocimiento. La información no produce conocimiento. El conocimiento no se produce sin una acción mediadora por parte de un sujeto. El conocimiento no se "imparte", por cualquier medio que sea. Sólo se puede impartir información. El conocimiento se adquiere.

Del mismo modo en que no debemos confundir el manual de instrucciones para el uso de la tecnología con el conocimiento que puede reportarme la acción interactiva. No es estudiando la especificación técnica de un modem como consigo comunicarme a través del correo electrónico. Así pues, la finalidad del proceso comunicativo y el medio usado son inseparables, pero no se puede confundir la acción que realiza un sujeto con la tecnología sin más. La mediación tecnológica incluye además la mediación lingŸístico-comunicativa y la mediación material. Ambas son inherentes al concepto de mediación tecnológica individuales.

Referencias

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-Dominick, Joseph R. (1990): The Dynamics of Mass Communication. New York: McGraw-Hill.

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-McQuail, Denis & Sven Windahl 1993: Communication Models for the Study of Mass Communication. London: Longman.

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-Sproull, L., & Kiesler, S. (1991). Connections: New ways of working in the networked organization. Cambridge, MA: MIT Press.

-Vilches 1993.

-Vilches 2000.

-Wolton D. 2000 Sobrevivir a internet, Barcelona: Gedisa.



*Ejemplos en España de televisión educativa en Canal 33 y La 2.Se utiliza la televisión como un medio de transmisión cinematográfico con la muestra de documentales sobre géneros cinematográficos o sobre la naturaleza. Se continúa leyendo un libro delante de las cámaras o, en el peor de los casos, exhibiendo una aberración cultural como es enseñar español en catalán .La entrevista periodístico-científica incorpora los más anticuados recursos de los informativos como en el caso de los cursos UNED, presentadora, entrevistado, off con imágenes de archivo.


*Gustavo Hernandez D., 1997: "La educación para los medios. Una preocupación interncional" en Anuario Ininco nº 8, UCV, Caracas , pg. 104 Por eso no estamos de acuerdo con las teorías del poder vehiculado por la información televisiva como hacen los defensores de la existencia del pensamiento único, como Ignacio Ramonet. Los cambios en la sociedad y en el mundo se realizan a través de decisiones económicas y políticas que afectan a las relaciones laborales y sociales y especialmente al ámbito de privado familiar. Los medios no producen cambios, aunque puedan proyectar una imagen propagandística del poder y de los intereses mundiales del mercado . Los públicos resisten mejor a los medios que a las estructuras político económicas sencillamente porque no se hallan concernidos por ninguna esfera de acciones provenientes de los mensajes. La desaparición del espacio público de manifestación política y sindical no es culpa de la televisión. Es que las decisiones se toman en otros espacios y la manifestación de las masas no tiene ningún alcance.