Ángel Biedma
Voluntariado de cooperación para la optimización de la quema de cerámicas tradicionales – Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Seccional Sogamoso, Boyacá, Colombia) – 2024
No sé si fue la luz del sol, que comenzaba a iluminar la calle de tierra, o los gritos del hombre que pasaba bajo mi ventana vendiendo envueltos. Estaba amaneciendo lejos de mi hogar, en un lugar que apenas empezaba a conocer. Sogamoso, ciudad del sol y del acero, me recibía en ese primer día. Eran las cinco de la mañana y el frío andino me sacudía, pero no sabía si lo que me mantenía despierto era el jet lag o la emoción de estar, por fin, en Colombia, un país que siempre había sentido como mío. Durante años había soñado con esta tierra, con su música, con su gente, y con su alegría. Ahora, esa historia también era la mía.
Mi nombre es Ángel Biedma, y fue ese día, bajo el sol tímido del amanecer, que comenzó mi viaje como voluntario. No era un voluntariado cualquiera. Mi misión, tan concreta y técnica en su descripción, tenía un significado profundo: ayudar a una asociación de mujeres alfareras en su oficio. Venían de años de tradición, donde el fuego de la leña cocía sus cerámicas. Mi reto era ayudarlas a saltar a un horno a gas, optimizando el proceso de cocción sin perder su esencia. Las historias de esas mujeres, sus manos curtidas por años de trabajo, y sus sonrisas, me enseñaron más de lo que yo podría haberles dado.
Nunca estuve solo en este viaje, las conexiones que forjé aquí me hicieron sentir acompañado. Fueron tantos los días recorriendo el país en el asiento de una buseta y las noches bailando salsa y bebiendo guaro, que no me arrepiento ni un momento de haber tomado esta oportunidad. Esta aventura me hizo entender que, a veces, los momentos menos esperados, son los que más nos transforman.
Hoy, mientras reflexiono sobre todo lo vivido, me faltan palabras para expresar mi gratitud. A esa tierra que me acogió, y a cada persona que se cruzó en mi camino. Os llevo a todos en el corazón, y sé que, de alguna manera, siempre seré parte de esta historia, tanto como vosotros sois parte de la mía.