Profesor Juan José Vaquero
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Laudatio de Juan José Vaquero
Laudatio
De la profesora Margarita Salas en su nombramiento de Doctor honoris causa por la Universidad Carlos III de Madrid
por Juan José Vaquero
Catedrático de Bioingeniería en la Escuela Técnica Superior de la Universidad Carlos III de Madrid
Excmo. y Magnífico Sr. Rector, Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades, Claustro de Profesores y Doctores, respetados discentes, señoras y señores:
Es para mí un grato honor cumplir con el encargo recibido de mi Rector, a quien expreso mi agradecimiento, así como al Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Aeroespacial por su respaldo unánime, decía que es un honor exponer las razones que hacen merecedora del título de Doctor honoris causa a Dña. Margarita Salas Falgueras, profesora vinculada "ad honorem" del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” de Madrid.
No es tarea difícil hacerles llegar a ustedes la personalidad y los méritos de una investigadora de excelencia que a lo largo de toda su vida ha mostrado la constancia y el coraje necesarios para buscar la diferencia y la excelencia, casi siempre arriesgando, y así llegar a la élite de la ciencia española.
La Doctora Salas nació en Canero, Asturias, y cuando esto ocurría, el que luego sería su mejor ejemplo y guía en el desarrollo de su carrera científica, el profesor Severo Ochoa, iniciaba su actividad en Oxford en una singladura que luego le llevaría a afincarse en los Estados Unidos. Mientras tanto, Margarita creció en una familia de la que recibió “una buena educación clásica”, en sus propias palabras, propia de la España de los años 40. En ese contexto resulta un hecho diferencial que sus padres se empeñasen en dejar como única herencia a sus hijos una formación universitaria independientemente de su género. De esta manera, Margarita Salas marcha a la Universidad Complutense de Madrid donde puede hacer un primer curso común para Medicina y Ciencias químicas, lo que le permitiría elegir su carrera con mejor conocimiento de causa. Opta por la carrera de químicas y, tras licenciarse con un excelente curriculum, realiza un doctorado en bioquímica en el Instituto Gregorio Marañón del CSIC bajo la dirección del Dr. Albert Sols, siguiendo la recomendación de Severo Ochoa, con quien su padre trabó amistad en la famosa Residencia de Estudiantes de Madrid cuando ambos estudiaban Medicina en la Complutense. Es en el CSIC donde Margarita empieza a trabajar con el que sería su marido, Eladio Viñuela, y financiada con una beca de la Fundación Juan March descubre una glucoquinasa específica para la fosforilación de glucosa dependiente de insulina, lo que le permite concluir su tesis doctoral con Sobresaliente cum laude.
El ya para entonces matrimonio decide desarrollar su etapa postdoctoral en la Universidad de Nueva York, en el laboratorio y bajo la dirección de Severo Ochoa, esta vez con financiación de la Jane Coffin Childs Memorial Fund y de los National Institutes of Health del gobierno de los Estados Unidos. Ochoa, con gran perspectiva, asigna diferentes laboratorios a sus nuevos colaboradores. A finales de la década de los 60, tras tres años en la New York University, el matrimonio decide regresar a Madrid llevando consigo un notable bagaje científico y la impronta que deja trabajar con un Premio Nobel entregado a su trabajo de investigación. Durante los casi cinco lustros siguientes la Dra. Salas compagina sus muy productivas investigaciones en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas con docencia en la Universidad Complutense de Madrid. Elige continuar con la línea de investigación que de forma independiente había comenzado en sus últimos meses en New York, el estudio del bacteriófago ø29. Ahí arranca una línea de trabajos desarrollados con la ayuda, primero de sus estudiantes, y luego de investigadores que se van incorporando a su laboratorio, y los resultados se publican prestigiosas revistas como Nature. Actualmente, la Dra. Salas es directora de la línea "Replicación y transcripción del DNA del bacteriófago ø29" en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Las razones del éxito de la labor investigadora de la Doctora Salas son varias: rigor experimental, dedicación y entusiasmo por un lado y, por otro, la acertada decisión estratégica de abrir nuevas líneas de investigación para lo que elige un fago poco conocido como objeto de trabajo, rompiendo con la línea de trabajo que compartía con su marido. Salir de la zona de confort y aceptar el reto de tener que ampliar su campo de formación, y sobre todo contar con sus nuevos y jóvenes colaboradores en el CSIC para los que siempre tiene un reconocimiento, además de crear escuela, le permite a la Dra. Salas obtener resultados de gran valor y proyección internacional. Los estudios sobre los mecanismos de trascripción y los promotores de replicación del ADN del 29 confirman que la polimerasa de ese fago es la enzima ideal para la amplificación del ADN, y completa el trabajo realizando con una serie de patentes de singular importancia, pues esta técnica amplificación es proceso fundamental en todas las técnicas modernas que tienen por principio la manipulación del ADN. La Dra. Salas era ya pues una innovadora en una época en la que esta actividad todavía no era la nueva panacea para los males de la investigación que ahora parece ser.
Su original actividad investigadora se complementa con una gestión eficaz, a lo que se suma su innata humildad y generosidad, todo ello haciéndola merecedora de numerosos premios nacionales e internacionales de gran prestigio: Severo Ochoa de Investigación de la Fundación Ferrer (1986), medalla G.J. Mendel de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia (1988), Carlos J. Finlay de UNESCO (1991), premio Rey Jaime I de Investigación (1994), medalla Principado de Asturias (1997), premio a los Valores Humanos del Grupo Correo (1998), premio de Investigación de la Comunidad de Madrid (1998), premio México de Ciencia y Tecnología (1998), medalla de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (1999), premio Helena Rubinstein-UNESCO “Women in Science” (1999), doctora Honoris Causa por las Universidades: Oviedo (1996), Politécnica de Madrid (2000), Extremadura (2002), Murcia (2003) y Cádiz (2004). Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal (1999), nombrada Española Universal por la Fundación Independiente (2000), medalla de Oro de la Comunidad de Madrid (2002) y Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (2003), Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (2003), Premio Internacional de Investigación de la Fundación Cristóbal Gabarrón (2004), medalla de Oro al Mérito en el Trabajo concedida por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2005), y medalla de Honor de la Universidad Complutense de Madrid (2005).
De entre estos me gustaría destacar, por su especial relevancia y significado el Premio Helena Rubinstein-UNESCO “Women in Science”, que reconoce contribuciones excepcionales al desarrollo de la ciencia; la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que se concede a quienes hayan contribuido en grado extraordinario al desarrollo de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia o la investigación, y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.
Y como la ciencia deben dirigirla los mejores científicos, la Dra. Salas es miembro de la Academia Europeae, Academia Scientiarum et Artium Europaea, Real Academia de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, Real Academia Española, American Academy of Microbiology, American Academy of Arts and Sciences y National Academy of Sciences USA, y durante ocho años ostentó la presidencia del Instituto de España, que engloba a las diez Reales Academias de ámbito estatal, y al que se asocian sesenta Reales Academias de las diferentes Comunidades Autónomas. También es miembro de la European Molecular Biology Organization (EMBO), del Comité Científico Asesor del Max-Planck Institute für Molekulare Genetik, Berlín, del Instituto Pasteur (2001), fue directora del Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" (1992-1993), presidenta de la Fundación Severo Ochoa (1997– ), de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Gregorio Marañón (2001–2004) y miembro de la Junta Consultiva de la Universidad de Oviedo (2007- ).
Además de todos importantes cargos y reconocimientos, dos institutos de enseñanza superior del sistema educativo nacional (uno en Toledo y otro en Madrid) llevan su nombre. Todos los años, la Dra. Margarita Salas acude a la graduación de los nuevos bachilleres, les entrega sus diplomas, y como excelente docente que es les ofrece el consejo de la maestra con cercanía y generosidad, recordándoles la oportunidad que tienen de rendir veneración a la doctrina de sus maestros con su buen trabajo allá donde quieran que vayan. Y esto lo significo porque he sido testigo de la impresión que este sencillo acto deja en los jóvenes que gozan de esta deleitosa prebenda.
Margarita Salas es un excelente ejemplo de persona privilegiada, con facultades para emprender tareas muy importantes. “He dedicado la mayor parte de mi vida a la investigación. Este trabajo me ha dado mucha satisfacción”, confesaba en un artículo publicado en 2007 en la Annual Reviews of Microbiology. Dotada de una gran capacidad de trabajo y una inteligencia sobresaliente, como lo es su empeño en perseguir los objetivos en los que cree, gozando de la complicidad de sus estudiantes y colaboradores, Margarita contagia a quien se acerca a ella esa felicidad natural tan característica de su personalidad.
Termino agradeciéndote Margarita tu labor ejemplar, tu dedicación a toda una vida de ciencia y excelencia, y que nos honres aceptando este nombramiento de Doctor Honoris Causa que une tu nombre de ley al de nuestra Universidad.
Muchas gracias