Trastornos de voz
Criterios generales
Una de las causas más frecuentes de baja laboral entre el colectivo docente son los trastornos de la voz (ejemplo de ellos son la laringitis, disfonías, afonías, molestias por hiperfunción, etc.).
En su manifestación influyen toda una serie de causas: entre los hábitos individuales que pueden influir hay que destacar que fumar es perjudicial para la voz ya que el tabaco irrita la mucosa laríngea; el café y té, al ser excitantes, aumentan el nerviosismo, influyendo así en el ritmo respiratorio, perjudicando la coordinación fono-respiratoria; con respecto a la comida se aconseja no tomar comidas pesadas antes de impartir clases ya que aumenta la somnolencia y dificulta los movimientos del diafragma. Es aconsejable dormir adecuadamente y procurar un ritmo intestinal regular ya que el estreñimiento puede afectar la voz. Las prendas de vestir no deben dificultar la respiración (fundamentalmente cuello ni abdomen). Evitar los cambios bruscos de temperatura, manteniendo el cuello correctamente abrigado en invierno. Cuando se padezca una enfermedad de tipo respiratoria (catarros, laringitis, faringitis...) no debe forzarse la voz ya que se pueden cronificar estos procesos. Debe mantenerse una posición corporal correcta mientras se habla, es fundamental la posición del cuello y del tronco para no forzar la laringe y toda la musculatura que interviene en la dinámica respiratoria, se recomienda levantar la cabeza y mirar a los auditores.
En cuanto al lugar de trabajo es también muy importantes que éste cumpla una serie de características. La acústica del recinto ha de ser buena para evitar tener que forzar la voz y producir por tanto fatiga vocal. Es muy importante una correcta ventilación de las clases evitando la existencia de gases, polvos, humos, etc., deberán utilizarse tizas que no desprendan mucho polvo; la temperatura ha de ser adecuada para evitar que se resequen las mucosas.
Medidas preventivas
- Realizar la respiración de una forma adecuada: (realizar inspiraciones nasales, no bucales).
- Articular los sonidos de forma correcta y evitar forzar la voz.
- Emplear un ritmo de emisión vocal correcto, ni excesivamente rápido, ni monótono.
- Evitar en lo posible la tos, el carraspeo, sonarse la nariz con excesiva fuerza, los gritos, etc.
- Introducir descanso y silencio cuando se ha forzado demasiado la voz.
- Realizar diariamente ejercicios de vocalización.
- No hablar mientras se escribe en la pizarra ya que el sonido pierde intensidad e involuntariamente se eleva el volumen, produciendo cansancio vocal. Tampoco es aconsejable hablar mientras se lee un texto puesto que se mantiene una posición incorrecta de la cabeza, al tenerla inclinada, el sonido se proyecta hacia el texto y no hacia el auditorio por lo que pierde intensidad.
Algunos consejos
- Evitar la sequedad de la garganta tomando frecuentemente pequeños sorbos de agua o manteniendo algún caramelo en la boca.
- Articular ampliamente los sonidos, con ello se consigue emplear menos intensidad de voz.
- Hablar en un tono más agudo del empleado habitualmente. Utilizar un timbre de voz claro y puro, ni gangoso ni nasal.
- Empezar a hablar con calma y poca intensidad.
- Practicar repitiendo la misma frase con distintas inflexiones de tono: interrogativo, afirmativo, informativo, dubitativo, crítico, etc.
- Leer trabalenguas y textos complejos en voz alta, con buena entonación, ritmo y timbre.
- Hacer ejercicios y movimientos con la lengua y los labios.
- Realizar ejercicios de extensión tonal: pronunciando una misma frase primero con tonos muy graves y posteriormente en tonos cada vez más agudos.
- Realizar ejercicios de ritmo, para ello lo mejor es recitar poesías de memoria.
- Hacer ejercicios de vocalización lenta y amplia de todas las letras, comenzando por las vocales y continuando con las consonantes.
- Ejercicios de aliento: recitar frases de textos clásicos sin realizar inspiraciones. Escoger textos de entre 50 o 60 palabras y recitar con la mejor dicción posible y posteriormente inspirar y volver a empezar.