Madrid pone en marcha su primer Programa de Acogida Temporal para Personas Defensoras de Derechos Humanos
Madrid pone en marcha su primer Programa de Acogida Temporal para Personas Defensoras de Derechos Humanos (12 de noviembre de 2018)
El IDHBC forma parte del Comité de Selección y Seguimiento del Programa junto con el Ayuntamiento de Madrid, Fundación Mundubat y la Red ONGD de Madrid.
Defender los derechos humanos sale caro. Solo en 2017, 312 defensores y defensoras de derechos humanos perdieron la vida por la labor que desempeñaban. Y es que las amenazas, el acoso, los procesos estigmatización o criminalización, las agresiones físicas…dificultan cada día el trabajo de muchas personas que defienden sociedades más justas. El Ayuntamiento de Madrid quiere contribuir a facilitar y promover su labor ofreciendo protección a las personas defensoras que lo necesiten. Posibilitará su llegada a la ciudad y garantizará los medios de vida para su estancia durante 3 meses.
Siguiendo los pasos de otros ayuntamientos y comunidades, como Asturias, País Vasco o Barcelona, Madrid ha lanzado su primer Programa de Acogida Temporal para Personas Defensoras de los Derechos Humanos. Su objetivo: ofrecer protección desde un enfoque integral a personas defensoras que se encuentran en situación de riesgo y contribuir a la creación de un entorno seguro en sus países de origen para garantizar la continuidad de su labor a su regreso.
El Programa se inserta en el Plan Estratégico de Derechos Humanos del Ayuntamiento de Madrid y busca contribuir al cumplimiento de los compromisos municipales en este ámbito. Financiado por el Ayuntamiento de Madrid y gestionado por Mundubat, en el año de su estreno el programa va a centrarse en Colombia.
Para saber el porqué basta echar un vistazo a los datos, explican desde Mundubat. La intensidad de la violencia dirigida a defensores y defensoras de Derechos Humanos en Colombia está en parámetros equiparables a los del momento del conflicto armado y previo a la firma de los acuerdos de paz.
Según la Defensoría del Pueblo de Colombia, desde enero de 2016 hasta agosto de 2018 han sido asesinadas 343 personas defensoras. 424 organizaciones sociales, comunales, étnicas, de género, relacionadas con diversidades, políticas y populares se encuentran en riesgo. Y solo en los primeros 6 meses de este año, se han registrado 397 agresiones, lo que significa que cada 11 horas se da una agresión a un defensor/a de derechos humanos.
‘Una gota de mar en el océano, pero una gota decisiva’
Del 1 de febrero al 30 abril de 2019, tres personas defensoras de derechos humanos vinculadas con organizaciones, comunidades o movimientos sociales de Colombia, que estén viviendo en una situación que requiera protección y apoyo integral, serán acogidas en la capital.
Un Comité, integrado por el Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, el Ayuntamiento de Madrid, Fundación Mundubat y la Red ONGD de Madrid, valorará las candidaturas, que han debido ser avaladas por una ONG con presencia en Madrid (organización de acogida). Sus nombres los conoceremos en el mes de diciembre.
Durante el tiempo que permanezcan en la capital, las defensoras y defensores contarán con los recursos materiales necesarios y mejorarán sus herramientas para continuar su labor de defensa de los derechos a través de estrategias de acompañamiento psicosocial, formación o la generación de redes de apoyo.
También se realizará una labor importante de sensibilización de la ciudadanía y ‘hacia las instituciones’ y se estrecharán los vínculos de colaboración entre las organizaciones y plataformas de derechos humanos de Madrid y las que representan los defensores y defensoras.
Desde Mundubat insisten en este último aspecto: el enfoque comunitario. Porque además del reposo y la recuperación, 'fundamentales por las repercusiones que en la vida afectiva, familiar, diaria….tiene defender los derechos humanos, consideran necesario dar a conocer la organización que hay detrás y conseguir que se generen apoyos cuando las personas defensoras regresen'.
¿Y qué ocurrirá una vez que las defensoras y defensores vuelvan a su país? ‘El programa, afirma Antonio Montoro, de Mundubat, no puede acabar ahí porque la amenaza y la violencia persisten’. Se hará un seguimiento y un acompañamiento en el retorno a través de la creación de un Comité de Seguimiento, integrado por el Comité de selección, en el que está el IDHBC, y una representación de las organizaciones que han avalado la llegada de estas personas.
Para Mauricio Valiente, Tercer Teniente de Alcalde de Madrid, el programa ‘es una gota de mar en el océano, pero es una gota decisiva’. Decisiva porque facilitará la labor de las personas defensoras de los derechos humanos, reforzándolas en su lucha, dando a conocer las presiones que sufren para abandonar el país o lo que hacen para hacerlas “desaparecer” por defender los Derechos. ‘Sin defensores, no hay derechos humanos’, concluía.
A finales del mes de octubre, una delegación integrada por miembros del Comité de Selección y Seguimiento viajó a Colombia para presentar el programa. María Eugenia Rodríguez Palop, como representante del Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, formó parte de esta delegación y ha destacado la magnífica acogida que ha tenido por parte de las instituciones públicas, como la Defensoría del Pueblo o la Unidad Nacional de Protección, y por parte de las organizaciones de la sociedad civil.
Charla-Encuentro con Rudy Estela Posada
Es la primera vez que Rudy Estela Posada sale de su país, Colombia. Viajó a España para participar en la presentación del Programa de Acogida Temporal de Madrid y, aprovechando su estancia en la capital, el IDHBC organizó una charla-encuentro con alumnado de la Universidad.
Rudy Estela Posada se presenta como una mujer campesina, baraquera artesanal, defensora de los derechos humanos, amante de las piedras y muy feminista.
Rudy Estela Posada, desde hace ya 10 años, es una de las lideresas del Movimiento Ríos Vivos Antioquia, Colombia, integrado por 15 organizaciones de personas afectadas por el megaproyecto extractivo “Hidroituango”, de Empresa Pública de Medellín (EPM), con cuya construcción su comunidad, azotada por años de conflicto armado, sufrió un nuevo revés.
‘Si no tenemos agua y tierra, no tenemos nada’, señala. Denuncia, además, que en los albergues en el que son alojadas y alojados, han perdido su identidad, su independencia, especialmente, las mujeres, que ‘éramos libres en el río’.
El Movimiento Ríos Vivos reclama poder permanecer en la zona y el "desmantelamiento" del proyecto y es, además, el único opositor. ‘La labor que desempeñamos ha sido un señalamiento para nosotros. 4 compañeros y compañeras han sido asesinados y asesinadas este año’, afirma. Las amenazas que sufren son constantes (verbales, por mensajes de texto, personales, grafitis) y ‘muchas compañeras y compañeros han tenido que irse del territorio’.
El miedo, explica Posada, es a que no nos organicemos. ‘Usted es un defensor, lo van a asesinar, nos dicen. Eso lleva a que la gente tenga temor a organizarse’. La protección que les ofrece el Gobierno tampoco les sirve. ‘No podemos tener un policía al pie porque es un riesgo para nosotros. Tenemos 4 grupos armados en mi municipio que nos va a preguntar qué hacíamos hablando con ellos y nos pueden acabar matando".
Pero, a pesar de las dificultades, deben seguir luchando, insiste, ‘para dejar algo a nuestros hijos y nuestros nietos’.
Rudy Estela Posada se despedía de las y los estudiantes dejándoles este mensaje: ‘eligieron la mejor carrera porque vamos a necesitar muchas personas defensoras, no sólo en Colombia’.