Medir el esfuerzo cognitivo para fomentar la igualdad de oportunidades

Gran parte del éxito en la vida depende de la fórmula “capacidad + esfuerzo”.  Sabemos que las capacidades cognitivas de los niños están relacionadas con los recursos familiares, pero apenas se ha estudiado el papel del esfuerzo. ¿Cómo podemos medir el esfuerzo cognitivo en los niños y entender su relación con los orígenes sociales? ¿Se esfuerzan más los niños de familias desaventajadas que los de familias privilegiadas o al revés?

A estas preguntas busca una respuesta EFFORT, un proyecto de investigación financiado por una Starting Grant del European Research Council y liderado por Jonas Radl, profesor de Sociología en el Departamento de Ciencias Sociales de la UC3M. El proyecto combina conocimientos de diferentes campos de estudio y áreas de especialización, y cuenta con un equipo multidisciplinar formado por sociólogos, economistas y psicólogos. EFFORT lleva a cabo estudios experimentales con niños de educación primaria en dos grandes capitales europeas, Madrid y Berlín, para obtener diferentes medidas de esfuerzo cognitivo. Los resultados ayudarán a diseñar políticas más efectivas para fomentar la igualdad de oportunidades.

Durante el curso escolar 2019/2020 empezamos la recogida de datos en Madrid, invitando a clases enteras de distintos colegios a pasar un día en la universidad. Durante ese día los niños, además de participar en el estudio experimental, realizaban distintas actividades, como una visita guiada o un juego en el que aprendían cosas sobre el cerebro. Durante el estudio experimental, los estudiantes llevaron a cabo tres tareas de “esfuerzo real” bajo diferentes condiciones.

En una de las tareas, conocida como “Simon Task”. Los niños tienen que pulsar la tecla correcta según la dirección en la que apuntan las flechas que van apareciendo en la pantalla en distintas posiciones. El esfuerzo consiste sobre todo en inhibir el primer impulso de reaccionar a la posición de la flecha en vez que a su dirección. Es una tarea muy sencilla que sin embargo exige mantener una notable concentración.

En Madrid más de 400 niños han pasado por el laboratorio de EFFORT en la UC3M hasta que la recogida de datos se vio interrumpida por la pandemia del COVID-19. En Berlín hemos realizado varias sesiones piloto, aunque en este caso ha sido el equipo de EFFORT el que se ha desplazado a los colegios con un laboratorio móvil. Esperamos completar la recogida de datos a lo largo del curso 2021-22.

De forma paralela realizaremos sesiones de pupilometría en el laboratorio de psicología experimental de la UNED (Madrid), donde invitaremos a grupos de padres e hijos. El objetivo es llevar a cabo un experimento muy similar al que realizan las clases de niños pero añadiendo al estudio una medida del movimiento de la pupila. Está comprobado que la dilatación pupilar es una medida bastante precisa del esfuerzo cognitivo. De esta manera podremos comprobar si la dilatación de la pupila coincide con nuestras otras medidas de esfuerzo y al mismo tiempo analizar la transmisión intergeneracional del esfuerzo.

El uso de fuentes secundarias de datos como PISA, NEPS o SOEP nos permitirá también llevar a cabo análisis adicionales. Su principal ventaja es que, por su gran número de observaciones, estas fuentes representan fielmente a la población total de un país. Además, podremos encontrar más indicadores que reflejen algún aspecto del esfuerzo cognitivo y entender su relación con otras variables relevantes como el logro educativo, las expectativas y las habilidades cognitivas.

Estudiar en profundidad cómo se distribuye el esfuerzo cognitivo entre clases sociales y cómo esto afecta a la estratificación social resulta fundamental para entender la desigualdad y la movilidad social. Al mismo tiempo, los resultados de nuestra investigación nos ayudarán a diseñar mejores políticas públicas para lograr un sistema educativo más inclusivo (ODS 4) y acercarnos a una verdadera igualdad de oportunidades (ODS 10).